La tumba de la Santísima Virgen Maria es venerada en el Valle de Cedrón, cerca de Jerusalén.
Escritores modernos sostienen, además, que Maria murió y fue sepultada en Efeso. Los principales puntos de la cuestión a ser tomados en consideración son los siguientes:
Testimonio a favor de Jerusalén.
Los
trabajos apócrifos, entre el segundo al cuarto siglo son todos
favorables a la tradición de Jerusalén. De acuerdo a los “Actos de San
Juan por Prochurus”, escrito (160 – 70) por Lencius, el Evangelista venido de Efeso, acompañado solo por Prochurus y a muy avanzada edad, por ejemplo, luego de la muerte de Maria. Las dos cartas “B. Inatiimissa S. Joanni", escritas cerca del 370, muestran que la Sagrada Virgen Maria paso el resto de sus días en Jerusalén.
La de Dionisio el Aeropagita al obispo Titus (363), el "Joannisliber de DormitioneMariae"
(tercer a cuarto siglo), y el tratado “De transitu B.M. Virginis"(siglo cuarto) coloca su tumba en Gethsemane.
(tercer a cuarto siglo), y el tratado “De transitu B.M. Virginis"(siglo cuarto) coloca su tumba en Gethsemane.
Desde
un punto de vista histórico estos trabajos, aunque apócrifos, tienen
valor real, reflejando como lo hace la tradición de los primeros siglos.
Al comienzo del siglo quinto un peregrino de Armenia visito “la tumba
de la Sagrada Virgen en el valle de Josaphat”, y alrededor del 431 el "Breviarius de Hierusalem" menciona que en el valle “ la basílica de la Santa Maria,
la cual contiene su sepulcro”. Desde entonces peregrinos de varios
ritos reparan en aquel sitio, para venerar la tumba vacía de Maria. San Gregorio de Tours, San Modesto, San Sofronio,
Patriarca de Jerusalén, San Germano, Patriarca de Constantinopla, San
Andrés, obispo de Creta, Juan de Tesalónica, Hipólito de Tebas, Bede
el Venerable enseñaban los hechos y sobrellevan testigos de esta
tradición que fue aceptada por todas las Iglesias de Oriente y
Occidente.
San Juan Damasceno, predicando en la fiesta de la Asunción en Gethsemane, recuerdan que de acuerdo a el "EuthymianHistory", III, xl (escrito probablemente por Cirilo de Scitopolis en el siglo quinto), Juvenal, obispo de Jerusalén, envió a Constantinopla en 452, al comando del Emperador Marciano y Pulcheria, su esposa, el Sudario Bendito de la Virgen, preservado en la Iglesia de Gethsemane (P.G., XCVI, 747-51). La reliquia ha sido venerada en la ciudad en el Iglesia de Nuestra Señora de Blanchernae.
Según
la tradición la Virgen María murió (o se adormeció) en el Monte Sión
Jerusalén y fue enterrada en el Valle del Cedrón. La tumba de la Virgen
fue excavada en la roca y fue trasfornada
en santuario por el emperador Teodosio el Grande (337-395). En el siglo
VI el sepulcro quedó como cripta. Fue destruida por los persas y
reedificada por los cruzados. Saladino destruyó la basilica
y monasterio pero respetó la cripta de María porque también los
musulmanes creen en su virginidad y por ser la madre de su profeta
Jesús. El lugar pertenece a la iglesia ortodoxa y su decoración interior
corresonde
a dicha profesión pero se permite la oración a católicos y musulmanes.
Se accede por una larga y oscura escalinata de bajada.
Testimonio a favor de Efeso.
Nunca hubo una tradición que conecte la muerte de Maria y su sepelio con la ciudad de Efeso. Ningún escritor o peregrino hablo de su tumba como estando allí; en el siglo trece Perdicas, protonotario de Efeso, visito “la gloriosa tumba de la Virgen en Gethsemane”, y lo describe en su poema (P.G., CXXXIII, 969). En una carta enviada en el 431 por los miembros del Concilio de Efeso al clero de Constantinopla leímos que Nestorius “alcanza la ciudad de Efeso donde Juan el teólogo y la Madre de Dios, la Santísima Virgen, fueron separados de la asamblea de Padres sagrados”, etc. Tillemont
completo la elíptica frase agregando arbitrariamente, “ tienen sus
tumbas”. El fue seguido por unos pocos escritores. De acuerdo a las
meditaciones de la Hermana Catalina Emmerich (fallecida 1824), compilada y publicada en 1852, la Sagrada Virgen muere y fue sepultada no en Efeso,
sino tres o cuatro leguas al sur de la ciudad. Ella es seguida por
aquellos quienes aceptan sus visiones o meditaciones como revelaciones
Divinas. Además, Santa Brígida, relata que al tiempo de su visita a la
Iglesia de Gethsemane
la Sagrada Virgen se le apareció y le hablo de su estadía de tres días
en aquel lugar y de su Asunción al Cielo. Las revelaciones de Ven. Mariad'Agreda no contradicen aquellas de Catalina Emmerich.
La Iglesia del Sepulcro de Maria.
Como el suelo esta considerablemente levantado en el Valle del Cedrón, la antigua Iglesia del Sepulcro de Maria esta completamente cubierta y oculta. A un numero de escalones descendiendo del camino a la corte (ver Plan:B),
atrás del cual esta un maravilloso pórtico del doceavo siglo (C). Este
abre en una monumental escalera de cuarenta y ocho escalones. El doceavo
escalon
indica la Iglesia construida en el siglo quinto, en una gran extensión
cortada de las rocas. Forma una cruz de brazos desiguales (D). En el
centro del brazo oriental, con 52 pies de largo y 20 pies de ancho, esta
la gloriosa tumba de la madre de Cristo. Esta es una pequeña habitación
con una banca tallada de la masa de piedra en imitación de la tumba de
Cristo. Le han dado la forma de un cubículo ediculo,
alrededor de diez pies de circunferencia y ocho pies de alto. Hasta el
siglo catorce el pequeño monumento fue cubierto con una magnifica tabla
de mármol y las paredes de la Iglesia fueron cubiertas con frescos.
Desde 1.187 la tumba ha sido propiedad del gobierno Musulmán, el cual
sin embargo autoriza a los Cristianos a oficiar en ella.
BARNABAS MEISTERMANN /Transcripto por Scott Anthony Hibbs/Traducido por Juan Ramon Cifre.
Fuente Enciclopedia Católica: http://ec.aciprensa.com/t/tumbamaria.htm
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