Vidente: Melanie C. y Maximinio G.
Lugar: La Salette, Francia
Fecha: 19 Septiembre 1846
Festividad: 19 de Septiembre
- Aprobada, con liturgia.
Historia de La Salette
Introducción
Sucedió este gran acontecimiento en una meseta montañosa al sudeste de Francia, cerca del poblado de La Salette. Un niño llamado Maximino Giraud, de once años y Melanie Mathieu
de quince años estaban cuidando el ganado. Melanie estaba acostumbrada y
entrenada a este tipo de trabajo desde que tenía nueve años de edad,
pero todo era nuevo para Maximino. Su padre le había pedido que lo
hiciera como un acto generoso para cooperar con el granjero que tenía a
su ayudante enfermo por esos días.
Narración de la Aparición según la vidente Melanie
El día 18 de septiembre, de
1846, víspera de la Aparición de la Santísima Virgen, estaba yo sola
como siempre cuidando el ganado de mi amo, alrededor de las once de la
mañana vi a un niño que se aproximaba hacía mí. Por un momento tuve
miedo, pues me parecía que todos deben saber que evitaba todo tipo de
compañía. El niño se acercó y me dijo:
"Hey
niña, voy a ir contigo, soy de Corps". A estas palabras mi malicia
natural se mostró y le dije: "No quiero a nadie a mi alrededor. Quiero
estar sola". Pero el, siguiéndome, dijo: "Mi amo me envió aquí para que
contigo cuidara el ganado. Vengo de Corps". Me separé molesta de el,
dándole a entender que no quería a nadie alrededor mío. Cuando estaba ya
a cierta distancia me senté en la hierba. Usualmente de esta forma
hablaba a las florecitas o al Buen Dios.
Después de un momento,
detrás de mí estaba Maximino sentado y directamente me dijo: "Déjame
estar contigo, me portaré muy bien". Aún en contra de mi voluntad y
sintiendo un poco de lástima por Maximino le permití quedarse. Al oír la
campana de la Salette para el Angelus,
le indiqué elevar su alma a Dios. El se quitó el sombrero y se mantuvo
en silencio por un momento. Luego comimos y jugamos juntos. Cuando cayó
la tarde bajamos la montaña y prometimos regresar al día siguiente para
llevar al ganado nuevamente.
Al día siguiente, sábado, 19 de septiembre, de 1846,
el día estaba muy caluroso y los dos jovencitos acordaron comer su
almuerzo en un lugar sombreado. Melanie había descubierto que Maximino
era muy buen niño, simple y dispuesto a hablar de lo que ella deseara.
Era muy flexible y juguetón, pero si un poco curioso. Llevaron el ganado
a una pequeña quebrada y encontrando un lugar agradable decidieron
tomar una siesta. Ambos durmieron profundamente. Melanie fue la primera
en despertar. El ganado no estaba a su vista, entonces rápidamente llamó
a Maximino. Juntos fueron en su búsqueda por los alrededores y lo
encontraron pastando plácidamente.
Los dos jóvenes volvían en
la búsqueda de sus utensilios donde habían llevado su almuerzo y cerca
de la quebrada en donde habían hecho la siesta divisaron un globo luminoso
que parecía dividirse. Melanie pregunta a Maximino si el ve lo que ella
esta viendo. ¡Oh Dios mío!, exclamó Melanie dejando caer la vara que
llevaba. Algo fantásticamente inconcebible la inundaba en ese momento y
se sintió atraída, con un profundo respeto, llena de amor y el corazón
latiéndole más rápidamente. Vieron a una Señora que estaba sentada en
una enorme piedra. Tenía el rostro entre sus manos y lloraba
amargamente. Melanie y Maximino estaban atemorizados, pero la Señora,
poniéndose lentamente de pie, cruzando suavemente sus brazos, les llamó
hacía ella y les dijo que no tuvieran miedo. Agregó que tenía grandes e
importantes nuevas que comunicarles. Sus suaves y dulces palabras
hicieron que los jóvenes se acercaran apresuradamente. Melanie cuenta
que su corazón deseaba en ese momento adherirse al de la bella Señora.
La Señora era alta y de
apariencia majestuosa. Tenía un vestido blanco con un delantal ceñido a
la cintura, no se podría decir que era de color dorado pues estaba hecho
de una tela no material, más brillante que muchos soles. Sobre sus
hombros lucía un precioso chal blanco con rosas de diferentes colores en
los bordes. Sus zapatos blancos tenían el mismo tipo de rosas. De su
cuello colgaba una cadena con un crucifijo. Sobre la barra del crucifijo
colgaban de un lado el martillo y del otro las tenazas. De su cabeza
una corona de rosas irradiaba rayos luminosos, como una diadema. En sus
preciosos ojos habían lágrimas que rodaban sobre sus mejillas. Una luz
más brillante que el sol pero distinta a éste le rodeaba.
Le
dijo a los jovencitos que la mano de su Hijo era tan fuerte y pesada
que ya no podría sostenerla, a menos que la gente hiciera penitencia y
obedeciera las leyes de Dios. Si no, tendrían mucho que sufrir. "La
gente no observa el Día del Señor, continúan trabajando sin parar los
Domingos. Tan solo unas mujeres mayores van a Misa en el verano. Y en el
invierno cuando no tienen más que hacer van a la iglesia para burlarse
de la religión. El tiempo de Cuaresma es ignorado. Los hombres no pueden
jurar sin tomar el Nombre de Dios en vano. La desobediencia y el pasar
por alto los mandamientos de Dios son las cosas que hacen que la mano de
mi Hijo sea más pesada".
Ella
continuó conversando y les predijo una terrible hambruna y escasez.
Dijo que la cosecha de patatas se había echado a perder por esas mismas
razones el año anterior. Cuando los hombres encontraron las patatas
podridas, juraron y blasfemaron contra el nombre de Dios aún más. Les
dijo que ese mismo año la cosecha volvería a echarse a perder y que el
maíz y el trigo se volverían polvo al golpearlo, las nueces se
estropearían, las uvas se pudrirían. Después, la Señora comunica a cada
joven un secreto que no debían revelar a nadie, excepto al Santo Padre,
en una petición especial que el mismo les haría.
La
Señora agregó que si el pueblo se convirtiera, las piedras y las rocas
se convertirían en trigo y las patatas se encontrarían sembradas en la
tierra. Entonces preguntó a los jovencitos: "¿Hacéis bien vuestras
oraciones, hijos míos?" Respondieron los dos: ¡Oh! no, Señora; no muy
bien."
"¡Ay,
hijos míos! Hay que hacerlas bien por la noche y por la mañana. Cuando
no podáis hacer más, rezad un Padrenuestro y un Avemaría; y cuando
tengáis tiempo y podáis, rezad más."
Con
su voz maternal y solícita les termina diciendo: "Pues bien, hijos
míos, decid esto a todo mi pueblo". Luego continuó andando hasta el
lugar en que habían subido para ver donde estaban las vacas. Sus pies se
deslizan, no tocan más que la punta de la hierba sin doblarla. Una vez
en la colina, la hermosa Señora se detuvo. Melanie y Maximino corren
hacia ella apresuradamente para ver a donde se dirige. La Señora se
eleva despacio, permanece unos minutos a unos metros de altura (aprox.
3-5 m.). Mira al cielo, a su derecha (¿hacia Roma?), a su izquierda
(¿Francia?), a los ojos de los niños, y se confunde con el globo de luz
que la envuelve. Este sube hasta desaparecer en el firmamento.
Al principio solo algunos
creían lo que los jóvenes decían haber visto y oído. Los campesinos que
habían contratado a los jóvenes estaban sorprendidos que, siendo estos
tan ignorantes, fueran capaces de transmitir y relacionar tan complicado
mensaje tanto en francés, el cual no entendían bien, como en patuá en el cual describían exactamente lo que decían.
A la mañana siguiente
Melanie y Maximino fueron llevados a ver al párroco. Era un sacerdote de
edad avanzada, muy generoso y respetado. Al interrogar a los jóvenes,
escuchó todo el relato, ante el cual quedó muy sorprendido y realmente
pensó que ellos decían la verdad. En la Misa del domingo siguiente habló
de la visita de la Señora y su petición. Cuando llegó a oídos del
obispo que el párroco había hablado sobre la aparición desde el púlpito,
éste fue reprendido y reemplazado por otro sacerdote. Esto no es
sorprendente ya que la Iglesia es muy prudente en no hacer juicios
apresurados sobre apariciones.
Melanie y Maximino eran
constantemente interrogados tanto por los curiosos como por los devotos.
Ellos simplemente contaban la misma historia, repitiéndola una y otra
vez. A los que estaban interesados en subir la montaña, les señalaban el
lugar exacto donde la Señora se había aparecido. En varias ocasiones
fueron amenazados de ser arrestados si no negaban lo que continuaban
diciendo. Sin ningún temor y vacilación reportaban a todos los mensajes
que la Señora había dado.
Surgió una fuente
cerca del lugar donde la Señora se había aparecido y el agua corría
colina abajo. Muchos milagros empezaron a ocurrir. Las terribles
calamidades que fueron anunciadas se empezaron a cumplir. La terrible
hambruna de patatas de 1846 se difundió, especialmente en Irlanda donde
muchos murieron. La escasez de trigo y maíz fue tan severa que más de un
millón de personas en Europa murieron de hambre. Una enfermedad afectó
las uvas en toda Francia. Probablemente el castigo hubiera sido peor de
no haber sido por los que acataron el mensaje de La Salette.
Muchos comenzaron a ir a misa. Las tiendas fueron cerradas los domingos
y la gente cesó de hacer trabajos innecesarios el día del Señor. Las
malas palabras y las blasfemias fueron disminuyendo.
Las profecías sobre el deterioro de las cosechas y la hambruna se cumplieron.
(La Virgen) dijo que habría
un castigo, y que las uvas se marchitarán. Yo fui a estudiar qué había
sucedido con las uvas en Francia después de 1846. Después de las
apariciones, hizo su aparición un hongo parásito que agrede a la uva,
esparciendo el oidio,
una enfermedad de la vid nunca vista en Francia hasta entonces. Cuando
desapareció, se manifestó enseguida la filoxera, un piojo microscópico
que destruyó la mitad de las viñas de todo el país. Se encontró un
remedio para la filoxera, pero apareció inmediatamente la peronospera,
una enfermedad desconocida en Europa, y originaria de América. Las
pocas vides que habían logrado salir sanas y salvas de los flagelos
precedentes, fueron destruidas por el nuevo mal. He investigado también
en los archivos y en las bibliotecas francesas: en Francia no existe una
sola especie de vid anterior a 1847. Todas las que existían murieron.
Una terrible predicción que se cumplió totalmente... -Vittorio Messori en Hipótesis sobre María.
APROVACIÓN ECLESIASTICA
El Obispo de la Salette
encargó a dos teólogos la investigación de la aparición y de todas las
curaciones registradas. Durante cinco años se hicieron las más
minuciosas investigaciones. En toda Francia, en aproximadamente ochenta
diferente lugares, los obispos encargaron canónigos que investigasen las
curaciones milagrosas a través de las oraciones a Nuestra Señora de la Salette y del agua de la fuente. Cientos de milagrosos favores fueron registrados.
El Santo Padre, Pío IX, aprobó la devoción a Nuestra Señora de la Salette.
Pidió a los jóvenes que le fuera enviado el relato de los secretos por
escrito. Tiempo después dirá el Santo Padre: "Estos son los secretos de
la Salette, si el mundo no se arrepiente, perecerá".
Proclama de milagros
1-Mellon Joli, Arzobispo de Sens, Obispo de Auxerre, Primado de las Galias y de Germania
"Visto el informe de la Comisión nombrada por Nos el 24 de enero de 1848 para una investigación jurídica sobre una curación extraordinaria ocurrida en Avallon el 12 de noviembre de 1847 en la persona de Antoinette Bollenat después de una novena a la Stma. Virgen; invocada con el nombre de Ntra. Sra. De La Salette; vistos los interrogatorios a los testigos y médicos... habiendo pedido el parecer de mi Consejo, invocado el santo nombre de Dios, declaramos para la gloria de Dios, la glorificación de la Stma. Virgen y la edificación de los fieles, que dicha curación presenta todas las condiciones y caracteres de milagrosa" -4 de Marzo de 1849,
"Visto el informe de la Comisión nombrada por Nos el 24 de enero de 1848 para una investigación jurídica sobre una curación extraordinaria ocurrida en Avallon el 12 de noviembre de 1847 en la persona de Antoinette Bollenat después de una novena a la Stma. Virgen; invocada con el nombre de Ntra. Sra. De La Salette; vistos los interrogatorios a los testigos y médicos... habiendo pedido el parecer de mi Consejo, invocado el santo nombre de Dios, declaramos para la gloria de Dios, la glorificación de la Stma. Virgen y la edificación de los fieles, que dicha curación presenta todas las condiciones y caracteres de milagrosa" -4 de Marzo de 1849,
2- Luis Rossat, Obispo de Verdún
"Declaramos cierto e incontestable el hecho de la curación instantánea y mantenida desde el 1 de abril de 1849 hasta el día de hoy, en la persona de Martin, alumno de nuestro Seminario Mayor, según la relación que ordenamos hacer, muy difícil de explicar por solas las fuerzas naturales; y Nos ha sorprendido que los alumnos de nuestro Seminario unánimemente lo hayan atribuido a la intervención sobrenatural de la Stma. Virgen".
"Declaramos cierto e incontestable el hecho de la curación instantánea y mantenida desde el 1 de abril de 1849 hasta el día de hoy, en la persona de Martin, alumno de nuestro Seminario Mayor, según la relación que ordenamos hacer, muy difícil de explicar por solas las fuerzas naturales; y Nos ha sorprendido que los alumnos de nuestro Seminario unánimemente lo hayan atribuido a la intervención sobrenatural de la Stma. Virgen".
La relación citada, firmada
por el superior del Seminario, el ecónomo y tres profesores, afirma que
M. Martin es un edificante clérigo menor, de entera confianza. Durante
el curso, hasta el 1 de abril, apenas podía apoyarse en la pierna
izquierda, con dolores continuos, que no le permitían seguir los actos
de la comunidad. El Obispo decidió que no se le admitiera a las órdenes
menores hasta que no estuviese totalmente curado. El 1 de abril comenzó
una novena a Ntra. Señora de La Salette, y su director espiritual a las 6 de la tarde le dio un frasco de agua de La Salette.
A las siete andaba, subía y bajaba corriendo las escaleras. La curación
produjo una fuerte impresión en todo el Seminario." -1 de Agosto de
1849
3- Clemente, Obispo de la Rochelle y de Saintes
"...oído el testimonio de muchos personajes sobre la curación repentina de Madame Bonnet de una enfermedad incurable, como consecuencia de una novena que hizo a Ntra. Sra. De La Salette; examinado atentamente el proceso verbal pedido al Dr. M. Kemmerer, que atestiguó la imposibilidad absoluta de dicha curación con los remedios humanos; consultado nuestro Consejo e invocadas las luces del Espíritu Santo, pronunciamos que no puede ser atribuida nada más que a una intervención sobrenatural". -12 de enero de 1855
"...oído el testimonio de muchos personajes sobre la curación repentina de Madame Bonnet de una enfermedad incurable, como consecuencia de una novena que hizo a Ntra. Sra. De La Salette; examinado atentamente el proceso verbal pedido al Dr. M. Kemmerer, que atestiguó la imposibilidad absoluta de dicha curación con los remedios humanos; consultado nuestro Consejo e invocadas las luces del Espíritu Santo, pronunciamos que no puede ser atribuida nada más que a una intervención sobrenatural". -12 de enero de 1855
Una preciosa basílica fue construida en el lugar de la aparición, seis mil pies sobre el nivel del mar. En la actualidad junto a la basílica hay un centro de acogida a los peregrinos con alojamiento.
Una nueva congregación de sacerdotes fue fundada: "Sacerdotes misioneros de Nuestra Señora de la Salette"que
tienen casas y escuelas alrededor del mundo. Para fomentar su trabajo y
contribuir en la propagación de los mensajes de Nuestra Señora de
penitencia, una confraternidad fue fundada, y fue elevada casi instantáneamente a Archicofradía. Una congregación de religiosas, las Hermanas de Nuestra Señora de la Salette,
fue establecida para ayudar a mujeres peregrinas y a los enfermos.
Muchos peregrinos llegan anualmente a la Basílica y con espíritu de
penitencia suben la montaña. Muchos milagros se dan en el cuerpo y en el
alma dependiendo de la devoción de los fieles y la gracia de Dios.
Al preguntarnos cual es el
significado y la gracia derramada a la humanidad el 19 de septiembre, de
1846, encontramos aspectos de la Palabra de Dios que son recordados en
el mensaje enviado del cielo a través de la Virgen de la Salette.
Gran significado evangélico
"Para ver y entender"
"Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden" (Mt. 13:13)
Antes de hablar, la Señora se comunica con señales. María la madre de Jesús y madre nuestra, irradia la luz de la resurrección. El brillo de su rostro es
tanto que Maximino es incapaz de mirarla permanentemente y a Melanie le
deslumbra su presencia. Su vestidura, como las de Cristo en la montaña
el día de la Transfiguración, de igual forma resplandece de luz. La luz
procede del gran Crucifijo que tiene sobre su pecho. Apareciéndose en la
Salette,
María Santísima continúa llevando a cabo la misión que recibió al pie
de la cruz: tomar el sufrimiento y el dolor por nosotros para darnos
vida en la Fe. "pués
nunca entre vosotros me precié de conocer otra cosa sino a Jesucristo, y
a éste crucificado". (1Cor 2:2). El crucifijo está entre un martillo y unas tenazas, los instrumentos de la Pasión. De los hombros de la hermosa Señora cae una larga cadena,
el símbolo bíblico del pecado y de las injusticias cometidas por
nosotros contra nuestros hermanos. Paralelamente a las cadenas, en los
bordes del chal, la hermosa Señora tiene rosas de muchos colores. Esto
nos recuerda al rosario. Desde nuestras raíces humanas hasta la cruz y
de la cruz a la gloria y al festín celestial. También hay rosas alrededor de su cabeza, como una diadema de luz y alrededor de sus pies. . "He arraigado en un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad. Como plantel de rosas en Jericó" ( Eclco 24:12).
La Constitución Gaudium et Spes
(13) del Concilio Vaticano II, nos dice "De ahí que el hombre está
dividido dentro de sí mismo. Por eso toda vida humana, individual o
colectiva, se nos presenta como una lucha dramática, entre el mal y el
bien, entre las tinieblas y la luz. Más aún el hombre se encuentra
incapacitado para resistir eficazmente por sí mismo a los ataques del
mal, hasta sentirse como aherrojado con cadenas".
Escuchen y pónganlo en práctica (Luc 6:46, 8:21, 11: 28, Sant 1:25-27)
Por la maternal caridad de la Virgen Santísima, Ella intercede,
a Ella le importa y continúa trayendo los dones de la salvación eterna a
nosotros, hermanos de su Hijo, quienes aún estamos peregrinando en esta
tierra, rodeados de peligros y dificultades hasta el día de entrar a la
patria feliz.
La Santísima Virgen habla el
idioma de su pueblo. La Virgen Santísima es una "hija de Israel" que
vivió en una cultura específica. Ella se aparece también comunicándose
según la cultura de sus hijos. Hay una gran consonancia entre su
preocupación y el lenguaje del pueblo. En la Biblia, la Palabra de Dios
se manifiesta de una forma concreta en la historia del pueblo de Dios.
María como hija de Israel nos enseña a descubrir a través de los eventos
y situaciones de la vida, la presencia discreta de Dios quién "hace
maravillas" y quien "recuerda su amor a su pueblo"
Ella nos llama a la
conversión urgentemente. Por su inmenso amor, se preocupa por nuestra
indiferencia religiosa y por nuestros pecados, pero también por nuestras
problemas y esperanzas.
La Virgen se sitúa en la tradición de los profetas. Un profeta es aquel a quien
Dios le confía la misión de hablar en su Nombre al pueblo, para revelar
a este pueblo en los eventos pasajeros de este mundo la llamada a un
mayor amor. En la Salette,
la Virgen toma en cuenta la actual situación de las cosechas: el trigo,
las patatas, las uvas y las nueces. Ella empieza con la predicción
pesimista de los granjeros: hambruna y muerte infantil si el trigo
continua así. Dice que nosotros no prestamos atención y luego lanza el
reto a cada alma, "Así se convierten" Nos recuerda la llamada de Aquel
que es la Palabra: El reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva (Mc1:15), y otra vez dice: No os preocupéis, busca primero el reino de Dios y su justicia.(Mt.
6:33). En realidad es una llamada del Evangelio que quizá hemos
olvidado y la Virgen Santísima nos la recuerda. Analizando su discurso
nos damos cuenta de las grandes verdades encontradas en los Evangelios.
Todo se conjuga en Cristo:
Cristo crucificado y resucitado. El papel de María Santísima respecto a
todo creyente es unirnos a Jesús, en nuestras luchas, batallas y
sacrificios tenemos la oportunidad diaria de ser transfigurados en
Cristo.
En el Nombre de Cristo te imploramos ( Juan 20:31; Hech 4:12)
La Virgen Santísima,
modelándose en Jesús resucitado, viene como mensajera de paz, esa paz
que es fruto del Evangelio vivido. La Virgen viene a implorarnos que
retornemos a Jesús. Nos pide también que, en unión con ella seamos
mensajeros. La Buena nueva necesita ser proclamada, oída y difundida.
La
Virgen dijo: "Si mi pueblo no quiere someterse..." En estos tiempos
modernos es difícil oír palabras de advertencia. Pero la Virgen no viene
a quitarnos la libertad ni para amenazar, sino para invitarnos a vivir
en el reinado y liderazgo de Cristo, en comunión con su voluntad. Esta
sumisión la cual es comunión con Dios es la que María, la humilde
esclava del Señor, vivió desde la Anunciación hasta la Crucifixión y
Pentecostés. Y es por eso que todas las generaciones la llamarán bendita.(Luc1:48)
Nunca podremos recompensar
el dolor que la Virgen ha sufrido por nosotros, pero ello es razón para
responder lo más generosamente posible. "Por lo tanto, ofrezcan todos
los fieles súplicas insistentes a la Madre de Dios y Madre de los
hombres, para que Ella, que estuvo presente a las primeras oraciones de
la Iglesia, ensalzada ahora en el cielo sobre todos los bienaventurados y
los ángeles, en la comunión de todos los santos, interceda también ante
su Hijo".(Conc Vat II, LG, 69).
Reconcíliense con Dios (cf. Mt 5:23; Mc.11:24; 2Cor 5:18; Ef 2:15 )
Nuestra Señora específica dos rechazos del pueblo: "Las dos cosas que hacen la mano de mi Hijo tan pesada" son:
El irrespeto del Día del Señor. Esto nos lleva a recordar
los dos primeros Libros de la Biblia, el Génesis y el Éxodo, y a
recordar que desde el principio los cristianos celebran el domingo como
día de la Resurrección. ¿Cómo damos honor al Día que el Señor se ha
reservado para El mismo? ¿Es realmente día de reposo, día de asistir a
la Santa Misa?
El irrespeto al Nombre de mi Hijo. Los que utilizan el Nombre
de Cristo por la menor adversidad e imponen a Dios la responsabilidad de
éstas, olvidándose así de las propias. Cuando nos vemos asediados con
toda clase de pruebas, egoístamente nos cerramos en nosotros mismos sin
esperanza. La Virgen viene a recordarnos nuevamente "Santo es su
Nombre", porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hech
4:12). Y todo cuanto hagáis, de palabra y de obra, hacedlo todo en el
nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre. (Col 3:17).
(El hombre), al negarse
muchas veces a reconocer a Dios como su principio, trastornó, además, su
debida ordenación a un fin último y, al mismo tiempo, dañó todo el
programa trazado para sus relaciones consigo mismo, con todos los
hombres y con toda la creación. (Conc. Vat II, Gaudium et Spes,13).
Las cosas que se corroen (cf. Mt 6:19; Luc 12,13; Sant 5:3)
La rebelión contra Dios, que
significa "muerte de Dios en nosotros" inevitablemente nos llevará a la
muerte y a la ruptura armoniosa con el universo. Esa ruptura es la
causa de la corrupción. Para redimirnos de esos males es que vino
Nuestro Señor. En la Salette,
la Virgen no nos saca de la realidad, sino que al contrario, nos hace
un llamado urgente a que reconozcamos los peligros en que vivimos y nos
abramos a la redención que ofrece su Hijo. Las cosechas y patatas
podridas, el trigo que se vuelve polvo, las nueces vacías, las uvas en
las viñas estropeadas, hambrunas y epidemias, todo ello es causado por
el pecado.
Nuestra situación precaria y
la duración restringida que nuestras vidas tienen sin embargo un punto
positivamente elevado, siendo éstos motivos que nos llaman a la propia
conversión, retándonos al seguimiento de Cristo, viviendo hoy la nueva
vida que El vivió hasta el Calvario. Esa es la fuente de nuestra
confianza. En esta tierra donde las dos terceras partes de la humanidad
sufren hoy de hambre y desnutrición, donde los derechos humanos son
burlados, la injusticia se encuentra a nuestra puerta, los riesgos de la
destrucción aumentan; que todo esto nos haga meditar los "signos de
Dios" y nos vuelvan a El. Así actuaremos como verdaderos hermanos, en
especial con los menos afortunados.
Si se convierten (cf. Ez 18:30; 1R 8:35; Mc 1:15; Luc 15; Hech 2:38, 3:19)
La llamada a la conversión está en el corazón del mensaje de la Salette.
Todo se dirige hacia ese fin: las lágrimas y el crucifijo, la luz y las
rosas, las actitudes de la Hermosa Señora, su caminar desde la quebrada
hasta la cumbre, pero sobre todo el discurso de la Virgen. "Regresen a
Dios con todo su corazón", El es la única fuente de vida.
La
ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los
hijos de Dios... en la esperanza de ser liberada de la corrupción para
participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.(Rom 8:19).
El camino a la conversión: Tres puntos (Mt. 6:5; Mc. 14:32; Luc 18:1; Jn 17)
1. Oración perseverante y profunda "¿Hacéis bien vuestras
oraciones?" "No muy bien, Señora" contestaron. Quizá también esa es
nuestra respuesta. La Virgen Santísima nos exhorta a orar diariamente,
mañana y tarde. Velad y orad (Mt 26:41) La Virgen les indica lo mínimo, un Padrenuestro y un Ave María, pero les urge ir más allá cuando puedan.
Los discípulos de Cristo, perseverando en la oración y alabanza a Dios (Hch 2:42), han de ofrecerse a sí mismos como hostia viva, santa y grata a Dios (Rom 12:1), han de dar
testimonio de Cristo en todo lugar y, a quien se la pida, han de dar
también razón de la esperanza que tienen en la vida eterna (1Pe 3:15). (Conc Vat II, LG, 10).
2. Participación en la Santa Misa
"Durante el verano solo algunas mujeres mayores van a Misa". El
participar juntos cada semana como cristianos en la celebración de la
Misa Dominical es una necesidad vital. La Palabra de Dios nutre nuestra
fe, el contacto con Cristo en la fracción del pan para un nuevo mundo es
fuente de dinamismo, la comunión con su Cuerpo entregado por nosotros y
su Sangre derramada nos recuerda que debemos estar listos para dar
nuestras vidas por otros y entonces hacernos partícipes, siendo
fortalecidos en su Espíritu. En el corazón de este mundo que pasa y al
cual estamos todavía ligados por nuestra ceguera e inercia, la Iglesia,
en la celebración de la Eucaristía, comprende y anuncia que el nuevo
mundo, inaugurado por Cristo resucitado, está realmente presente entre
nosotros, y es necesario que seamos sus testigos en nuestra vida
cotidiana, a través de nuestra conducta individual y como miembros de la
sociedad. La necesidad eucarística entonces es fuente de esperanza y de
gozo que nadie nos podrá quitar (Luc 21:14; Jn13:1, 20:19-26).
3. Recobrar nuestra dignidad actuando como cristianos. "Durante la Semana Santa
van a la carnicería como perros". Lejos de escandalizarnos, las palabras
de Nuestra Señora deberían traspasar nuestras conciencias. En las
Sagradas Escrituras, cuando al pueblo se le compara con los perros
significa que éste ha perdido el sentido de su dignidad (Fil 3:2; Mt. 7:6) )Qué realmente hacemos
con nuestra dignidad de hijos de Dios cuando desperdiciamos el
alimento, cuando menospreciamos los bienes que quizá otros necesitan?
Para recobrar nuestra dignidad debemos darnos cuenta que no solo de pan
vive el hombre y que los esfuerzos necesarios que hagamos para compartir
nuestras bendiciones con otros nos pone en comunión con el Hijo de
Dios, de Quien se deriva nuestra dignidad. "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25:40)
Cada año se nos presenta el
maravilloso testimonio dado por Jesús durante su Pasión (1Tim 6) y es un
recordarnos que nunca debemos "vender" nuestra dignidad. El poder de la
resurrección está entre nosotros obrando y haciéndonos hijos de Dios.
Entonces no puede haber nada que nos comprometa con la falsedad, la
injusticia, el dinero o el poder. No vivamos como perros sino que todos
nuestro ser y nuestros bienes estén a la voluntad del Padre, cueste lo
que cueste.
En la finca de "Coins" (Jer 23:24; Os 6:1; Mt 28:20; Luc 24:29; 2Cor 6:16).
La Hermosa Señora hace
mención a Maximino de un evento aparentemente sin importancia. Una
pequeña obra y una observación que había hecho su padre. Por mucho
tiempo el señor Giraud
no había atendido a la iglesia y era realmente indiferente a la
religión. Cuando el 20 de septiembre escuchó el relato de la Aparición,
su reacción fue prohibirle a su hijo decir nuevamente esos cuentos sin
sentido. Días después, molesto por el ir y venir de las personas
interesadas en hacer preguntas a Maximino, lo amenazó con castigos
severos. "Pero, papá, Ella me habló de ti", exclamó el muchacho. Le
recordó el episodio de el trigo estropeado en la finca de Coins
y el trozo de pan que le había dado a su hijo de regreso a Corps. Así,
como Maximino había olvidado el incidente, de igual forma lo había
olvidado su padre. El señor Giraud
se sorprende, pensaba que quizá había desterrado a Dios de su vida y
ahora se da cuenta, descubre que ni siquiera por un instante Dios cesa
de percibir sus esperanzas y ansiedades y en particular del temor de no
tener más pan que darle a su hijo. Este descubrimiento será el comienzo
de una autentica conversión que será intensificada más tarde con la
milagrosa curación de su asma crónica.
Nosotros nos podríamos
preguntar si realmente estamos conscientes de la presencia de Dios que
nos acompaña a dondequiera que vayamos. Cuando compartimos el pan,
cuando lo distribuimos entre los hambrientos, dondequiera que se da
vida, el Padre está , pues El es la fuente de la Vida.
Dimensión Misionera es Urgente (Mt 28:18; Luc10:1; Jn 17:18; 20:21; Rom 10:13).
"Pues bien, hijos míos,
decid esto a todo mi pueblo". La dimensión misionera es esencial para
todo cristiano y Nuestra Señora nos lo recuerda. Cristo, nuestro Señor
vino a crear nuevas condiciones de vida, reconciliada con Dios y con el
prójimo. Debemos dedicar nuestro existir a realizar esta vida de
reconciliación en este mundo dividido en el cual nos encontramos. La
Reconciliación es la fuerza viva capaz de abrir el futuro a todas las
gentes, renovando así los lazos rotos o debilitados por el egoísmo y los
temores. En este mundo donde tantos trabajan, construyen, sufren y
esperan, tengamos tan solo un tipo de obsesión: obsesión misionera.
Son muchos los peregrinos que se acercan a la Aparición de la Salette
y suben la montaña santa. Todos juntos y cada uno personalmente se
siente llamado por la Hermosa Señora que nos recuerda que Dios "rico en
misericordia" está presente en cada una de nuestras vidas.
¿Cómo no hacer caso ante
tanta ternura? ¿Cómo resistir el llanto incesante de aquella que ora e
intercede por nosotros sin cesar? Ella está junto a nosotros con su
atención maternal, en cada detalle y acontecimiento de nuestras vidas.
En nuestras luchas y penas, en nuestras decisiones y nuestras
aflicciones diarias. María Santísima, fiel a la misión recibida en el
Calvario, nunca cesa de recordarnos los medios que se nos han dado para
regresar a su Hijo; pues sin Su ayuda no podremos construir nuestras
vidas o nuestro mundo. El rechazo de Su gracia trae serias
consecuencias. María, nuestra abogada y reconciliadora vino a la Salette a recordarnos esta verdad.
Hemos olvidado las verdades
del Evangelio y al contemplar su aparición y el profundizar en sus
palabras nos debe mover a responder su llamado, aliviando su dolor,
secando sus lágrimas, retornando a Dios con todo nuestro corazón, a
través de su Hijo Jesucristo, Quien es el Camino, la Verdad y la Vida.
El que fue crucificado por nuestros pecados y resucitó de entre los
muertos para nuestra salvación. Jesús, nuestra paz y reconciliación.
Los Videntes después de la Aparición
Maximino
trató de ser sacerdote y entró en el seminario menor. Tenía mucha
dificultad en aprender, tuvo muchas dudas sobre su vocación y se retiró
del seminario. Muchos se preguntan por qué, acaso ¿no tuvo la gracia de
la vocación o no correspondió a ella? Podemos decir que la vida íntima
de cada alma es un misterio, las gracias que recibe y la respuesta que
ésta da.
Afirman que Maximino tenía
una fe profunda, y en la virtud de la castidad fue muy íntegro y
delicado llegando a decir en confidencia: "Cuando se ha visto a la
Santísima Virgen, uno no piensa más en mujeres". Trabajó en un hospital
por un tiempo, luego llegó a ser soldado y finalmente terminó
administrando una pequeña tienda de artículos religiosos.
Se habla de un mal entendido entre el Santo Cura de Ars y Maximino. El joven visitó al santo cuando tenía una crisis vocacional. El Cura de Ars que hasta entonces había
sido entusiasta de las apariciones se decepcionó al interpretar que
Maximino se retractaba de haber visto a la Virgen. Como buen obediente
se remitía a la autoridad del obispo y del Papa que habían aprobado las
apariciones. "Dios no confirmaría con milagros una superchería, ni la
Iglesia la enriquecería con indulgencias" (Journal d´une Institutrice, pag.
117). Maximino por su parte negaba que él se hubiese retractado.
Conforme a las explicaciones del muchacho el cura estaba sordo y se le
entendía mal, además sólo se le podía hablar en el confesionario y hubo
un mal entendido: él le dijo haber mentido a veces, el cura de Ars entendió que se refería a
la aparición... Parece ser que años después el santo cura recibió una
prueba de Dios de la autenticidad de la aparición de la Salette
. (aunque en realidad no era necesaria, dado el juicio de la Iglesia
basado en el estudio de los hechos y en los milagros reconocidos). No
dejó de ser providencial el incidente de Ars, pues de él hablaron tanto los periódicos que acudió el arzobispo de Lyón al Papa Pío IX quién de esa forma recibió el secreto y aprobó la aparición.
Cuenta un amigo de Maximino
con cierto asombro y tristeza que en ocasiones se reunían con
eclesiásticos y muchas otras personas y tristemente observaban a
Maximino vaciar los vasos de vino y volverlos a llenar en seguida.
Dentro de la providencia de Dios se pueden enumerar muchas
purificaciones de pobreza y enfermedad y calumnias con cuyos méritos sin
duda habrá alcanzado glorias para el cielo. Murió en estado de gracia
cuando tenía treinta y ocho años de edad.
Melanie
también trató de entrar a la vida religiosa. Visitó varias comunidades,
pero no permanecía suficiente tiempo en ellas. Le era muy difícil la
vida comunitaria. Recibió mucha persecución por haber sido elegida
especialmente para comunicar los mensajes . Aún en medio y llena de
contradicciones, rechazos e injurias poseía una fuerte valentía y una
tenacidad admirable para difundir al mundo el mensaje de Nuestra Señora
de la Salette. Su vida de oración era intensa, algunos milagros son atribuídos
a ella aún estando en vida. Uno de ellos es la enfermedad del Rev.
Combe sanada al día siguiente después que Melanie le dijera que estaría
bien y que viviría hasta la ancianidad. El sacerdote admirado le
preguntó: "¿Qué dijiste?" "Bueno ,contesta Melanie, tan solo oré a la
Señora y le dije: Madre mía, el P. Combe está enfermo, el trabaja para
ti y lo has dejado así." La vida del P. Combe duró hasta sus 82 años.
En junio de 1904, Melanie deja Francia y se traslada a un pequeño pueblo llamado Altamura en el sur de Italia. El obispo Mons. Cecchini,
O.P:, es amigo suyo y la recibe con agrado. Encuentra una casa fuera de
la ciudad. Está tranquila y alegre en su soledad. Todos los días va a
la Catedral. El 15 de diciembre no fue. Había muerto durante la noche
del 14 de diciembre. Forzaron la puerta de su casa y la encontraron en
el piso completamente vestida, tenía 72 años. En febrero de 1903 había
profetizado que forzarían la puerta de su casa y la encontrarían muerta,
en un lugar desconocido de Italia.
Dos de sus vecinos cuentan que la noche anterior se había aído
la preciosa melodía del Tantum Ergo en la habitación de la dama
francesa y que también oyeron una campanita como la que es usada para
llevar el Sagrado Viático a los moribundos. La gente de Altamura sostienen que la Sagrada Comunión fue traída a Melanie por el mismo Señor.
Algunos puntos del importante secreto dado por la Virgen a Melanie
La Hermosa Señora de la Salette
comunicó un secreto que debía revelar años más tardes. Maximino aseguró
que la Virgen dijo algo a Melanie que el no oyó. Este secreto, sin
embargo, no está incluido en la aprobación dada por la Iglesia a la
aparición ya que fue divulgado posteriormente.
Melanie:
Esto que Yo te voy a decir no será siempre secreto; puedes publicarlo
en 1858. Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, por su mala vida, por sus
irreverencias y su impiedad al celebrar los santos misterios, por su
amor al dinero, a los honores y a los placeres, se han convertido en
cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes piden venganza, y la venganza
pende de sus cabezas. ¡Ay de los sacerdotes y personas consagradas a
Dios, que por sus infidelidades y mala vida crucifican de nuevo a mi
Hijo! Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al cielo y
piden venganza, y he aquí que la venganza está a las puertas, pues ya no
hay almas generosas ni persona digna de ofrecer la Víctima sin mancha
al Eterno en favor del mundo. Dios va a castigar de una manera sin
precedentes. ¡Ay de los habitantes de la tierra! Dios va a derramar su
cólera y nadie podrá sustraerse a tantos males juntos. Los jefes, los
conductores del pueblo de Dios, han descuidado la oración y la
penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias, se han
convertido en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su
cola para hacerlos perecer. Dios permitirá a la antigua serpiente poner
divisiones entre los soberanos, en todas las sociedades y en todas las
familias. Se sufrirán penas físicas y morales. Dios abandonará a los
hombres a si mismos y enviará castigos que se sucederán durante más de
treinta y cinco años.
Los
malos libros abundarán en la tierra y los espíritus de las tinieblas
extenderán por todas partes un relajamiento universal en todo lo
relativo al servicio de Dios y obtendrán un poder extraordinario sobre
la naturaleza: habrá iglesias para servir a esos espíritus. Algunas
personas serán transportadas de un lugar a otro por esos espíritus
malvados, incluso sacerdotes, por no seguir el buen espíritu del
Evangelio, que es espíritu de humildad, de caridad y de celo por la
gloria de Dios.
Habrá
por todas partes prodigios extraordinarios, porque la verdadera fe se
ha extinguido y la falsa luz alumbra al mundo. ¡Ay de los príncipes de
la Iglesia que se hayan dedicado únicamente a amontonar riquezas, a
poner a salvo su autoridad y a dominar con orgullo!
Dado
el olvido de la santa fe de Dios, cada individuo querrá guiarse por sí
mismo y ser superior a sus semejantes. El Santo Padre sufrirá mucho. Yo
estaré con él hasta el fin para recibir su sacrificio. Los malvados
atentarán muchas veces contra su vida, sin poder poner fin a sus días.
Los
gobernantes civiles tendrán todos un mismo plan, que será abolir y
hacer desaparecer todo principio religioso, para dar lugar al
materialismo, al ateísmo, al espiritismo y a toda clase de vicios.
En
los conventos, las flores de la Iglesia estarán corrompidas y el
demonio se hará como el rey de los corazones. Que los que estén al
frente de las comunidades religiosas vigilen a las personas que han de
recibir, porque el demonio usará de toda su malicia para introducir en
la órdenes religiosas a personas entregadas al pecado, pues los
desórdenes y el amor de los placeres carnales se extenderán por toda la
tierra.
Los
justos sufrirán mucho; sus oraciones, su penitencia y sus lágrimas
subirán hasta el cielo y todo el pueblo de Dios pedirá perdón y
misericordia e implorará mi ayuda e intercesión. Entonces Jesucristo,
por un acto de justicia y de su gran misericordia con los justos,
mandará a sus ángeles para que mueran todos sus enemigos. De golpe los
perseguidores de la Iglesia de Jesucristo y todos los hombres dados al
pecado perecerán y la tierra quedará como un desierto. Entonces se hará
la paz, la reconciliación de Dios con los hombres; Jesucristo será
servido, adorado y glorificado; la caridad florecerá en todas partes.
Los nuevos reyes serán el brazo derecho de la Santa Iglesia, que será
fuerte, humilde, piadosa, pobre, celosa e imitadora de las virtudes de
Jesucristo. El Evangelio será predicado por todas partes y los hombres
harán grandes progresos en la fe, porque habrá unidad entre los obreros
de Jesucristo, y los hombres vivirán en el temor de Dios. Esta paz entre
los hombres no será larga: 25 años de abundantes cosechas les harán
olvidar que los pecados de los hombres son la causa de todos los males
que suceden en la tierra.
Yo
dirijo una apremiante llamada a la tierra; llamo a los verdaderos
discípulos del Dios que vive y reina en los cielos; llamo a los
verdaderos imitadores de Cristo hecho Hombre, el único y verdadero
Salvador de los hombres; llamo a mis hijos, a mis verdaderos devotos, a
los que se me han consagrado a fin de que los conduzca a mi divino Hijo,
los que llevo, por decirlo así , en mis brazos, los que han vivido de
mi espíritu; finalmente llamo a los apóstoles de los últimos tiempos,
los fieles discípulos de Jesucristo que han vivido en el menosprecio del
mundo y de sí mismos, en la pobreza y en la humildad, en el desprecio y
en el silencio, en la oración y en la mortificación, en la castidad y
en la unión con Dios, en el sufrimiento y desconocidos del mundo. Ya es
hora que salgan a iluminar la tierra. Id y mostraos como mis hijos
queridos, Yo estoy con vosotros y en vosotros con tal que vuestra fe sea
la luz que os ilumine en esos días de infortunio. Que vuestro celo os
haga hambrientos de la gloria de Dios y de la honra de Jesucristo.
Pelead, hijos de la luz, vosotros, pequeño número que ahí veis; pues he
aquí el fin de los fines fin de los fines .
La Virgen Santísima predijo
acontecimientos que se cumplieron en la fecha indicada, afectando
naciones, a la Iglesia y al mundo entero.
Conclusión
Los mensajes de Nuestra Señora de la Salette para el mundo dados a Maximino y Melanie en 1846 son importantes y actuales para nuestros días: "No ofendan más a Dios (no pequen más) y hagan penitencia; sinó, terribles pruebas y sufrimientos vendrán sobre el mundo". El mismo mensaje ha dado Nuestra Señora en Lourdes y en Fátima: oración, penitencia y consagración a su Inmaculado Corazón..
Datos principales de La Salette:
Los pastorcitos Maximino y Melanie, vieron a la Virgen y recibieron sus mensajes urgentes para toda la humanidad.
La Virgen mencionó específicamente la necesidad de renunciar a dos graves pecados que se habían hecho muy comunes:
1-La blasfemia
2-El no tomar el domingo como día de descanso y asistencia a la Santa Misa.
La Virgen mencionó específicamente la necesidad de renunciar a dos graves pecados que se habían hecho muy comunes:
1-La blasfemia
2-El no tomar el domingo como día de descanso y asistencia a la Santa Misa.
Le pidió a los niños que recen, hagan sacrificios y propaguen su mensaje
La Virgen lloraba, con su cabeza entre sus manos, porque los hombres ignoran la cruz de Jesucristo.
Varias congregaciones se han fundado por inspiración de La Salette, entre estas, los Misioneros y las Hermanas de Nuestra Señora de La Salette, que están dedicados a propagar el mensaje de reconciliación.
La Salette es una de las apariciones que fueron aprobadas en el siglo XIX.
Juan Pablo II:
"En este lugar, María, la madre siempre amorosa, mostró su dolor por el mal moral causado por la humanidad. Sus lágrimas nos ayudan a entender la gravedad del pecado y del rechazo a Dios, mientras que manifiestan al mismo tiempo la apasionante fidelidad que su Hijo mantiene para con cada persona, aunque su amor redentivo está marcado con las heridas de la traición y abandono de los hombres.
"En este lugar, María, la madre siempre amorosa, mostró su dolor por el mal moral causado por la humanidad. Sus lágrimas nos ayudan a entender la gravedad del pecado y del rechazo a Dios, mientras que manifiestan al mismo tiempo la apasionante fidelidad que su Hijo mantiene para con cada persona, aunque su amor redentivo está marcado con las heridas de la traición y abandono de los hombres.
Fuente: http://www.corazones.org/maria/salette.htm
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