Año 1594
La Congregación del Oratorio (Los oratorianos)
En 1564 el Papa Pío IV pidió
a San Felipe que asumiera la responsabilidad por la Iglesia de San
Giovanni de los Florentinos. Fueron entonces ordenados tres de sus
propios discípulos quienes también fueron a San Juan. Vivían y oraban en
comunidad, bajo la dirección de San Felipe. El santo redactó una regla
muy sencilla para sus jóvenes discípulos, entre los cuales se contaba el
futuro historiador Baronio.
Con la bendición del Papa Gregorio XII, San Felipe y sus colaboradores adquirieron, en 1575, su propia Iglesia, Santa María de Vallicella.
El Papa aprobó formalmente la Congregación del Oratorio. Era única en
que los sacerdotes son seculares que viven en comunidad pero sin votos.
Los miembros retenían sus propiedades pero debían contribuir en los
gastos de la comunidad. Los que deseaban tomar votos estaban libres para
dejar la Congregación para unirse a una orden religiosa. El instituto
tenía como fin la oración, la predicación y la administración de los
sacramentos. Es de notar que, aunque la congregación florecía a la
sombra del Vaticano, no recibió el reconocimiento final de sus
constituciones hasta 17 años después de la muerte de su fundador, en
1612.
La Iglesia de Santa María in Vallicella
estaba en ruinas y resultaba demasiado pequeña. San Felipe fue además
avisado en una visión que la Iglesia estaba a punto del derrumbe, siendo
sostenida por la Virgen. El santo decidió demolerla y construir una más
grande. Resultó que los obreros encontraron la viga principal estaba
desconectada de todo apoyo. Bajo la dirección de San Felipe la
excavación comenzó en el lugar donde una antigua fundación yacía
escondida. Estas ruinas proveyeron la necesaria fundación para una
porción de la nueva Iglesia y suficiente piedra para el resto de la
base. En menos de dos años los padres se mudaron a la "Chiesa Nuova". El Papa, San Carlos Borromeo
y otros distinguidos personajes de Roma contribuyeron a la obra con
generosas limosnas. San Felipe tenía por amigos a varios cardenales y
príncipes. Lo estimaban por su gran sentido del humor y su humildad,
virtud que buscaba inculcar en sus discípulos.
Aparición de la Virgen y curación
Fue siempre de salud
delicada. En cierta ocasión, la Santísima Virgen se le apareció y le
curó de una enfermedad de la vesícula. El suceso aconteció así: el santo
había casi perdido el conocimiento, cuando súbitamente se incorporó,
abrió los brazos v exclamó: "¡Mi hermosa Señora! "Mi santa Señora!" El
médico que le asistía le tomó por el brazo, pero San Felipe le dijo:
"Dejadme abrazar a mi Madre que ha venido a visitarme". Después, cayó en
la cuenta de que había varios testigos y escondió el rostro entre las
sábanas, como un niño, pues no le gustaba que le tomasen por santo.
Dones extraordinarios
San Felipe tenía el don de
curación, devolviéndole la salud a muchos enfermos. También, en diversas
ocasiones, predijo el porvenir. Vivía en estrecho contacto con lo
sobrenatural y experimentaba frecuentes éxtasis. Quienes lo vieron en
éxtasis dieron testimonio de que su rostro brillaba con una luz
celestial.
Fuente: http://www.corazones.org/santos/felipe_neri.htm
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ResponderBorrarExcelente,sería muy interesante que fueran dando la vida, y sobre todos los milagros de nuestra Reina del cielo
BorrarFiat Voluntas Tua